Translate

viernes, 3 de mayo de 2013

Los hijos del sol. El imperio inca

Yo estoy aquí para contar la historia.
PABLO NERUDA, Amor Améríca (1400)

Y dijo el sabio Pachacutec que el rey Sol y la reina Luna se unirían aquel glorioso día, y así fue.
Porque como una mujer y un hombre de amores desgraciados, el Sol y la Luna estaban condenados a no encontrarse jamás. Pero el gran Pachacutec profetizó que un día ambos se amarían y de ese encuentro nacerían un niño y una niña.
Los hombres que habitaban las cumbres de Huancayo, Ayacucho y Arequipa vieron con asombro cómo se verificaban las divinas palabras de Pachacutec. La Tierra toda se oscureció y la Luna se unió al Sol. Y el sabio dijo también que los Hijos del Sol nacerían en el lago Titicaca.
Cuando los hombres de aquellas comarcas llegaron al gran lago, encontraron allí a un joven hermoso y fuerte, y a una doncella hermosísima. El dios Sol les había ordenado que andaran el mundo y que predicaran la obediencia y la sumisión a su rey. Para que los Hijos del Sol fueran conocidos por todos los hombres, su padre les entregó una lanza de oro, de media vara de largo y dos dedos de grueso, y les dijo:
-Andad por las tierras de Apurímac y Urubamba, y enseñad a todos lo que os he enseñado. Y probad a golpear la roca con el cetro que os he entregado; y allí donde la vara se hunda con un solo golpe, levantad una ciudad en mi honor, y un templo, y nombrad un rey de los hombres.
Así lo hicieron los Hijos del Sol, tal y como se les había ordenado. Enseñaban a los hombres la caza y la agricultura, y les mostraban la diferencia entre lo bueno y lo malo; también les enseñaron las oraciones y las plegarias al dios Sol, y cómo habrían de construirse los templos y los palacios, con piedras labradas. Y además los adiestraron en el arte de la guerra.
Los hombres de aquellas tierras, que antes eran salvajes y desconocían estos secretos, vieron que todas las enseñanzas eran buenas y llamaron al Hijo del Sol con el nombre de Inca, que significa «príncipe», y a la Hija del Sol la llamaron Mamauchic, que significa «madre».
Los dos Hijos del Sol recorrieron los montes, los valles, los ríos y los collados, y golpeaban la tierra una sola vez con la vara de oro, pero la roca no cedía en ningún lugar. Hasta que, al fin, llegaron a una montaña llamada Huanacauri y allí probaron de nuevo a golpear la tierra con la vara de oro, y la roca cedió al punto, hundiéndose al primer golpe que dieron con ella. Los Hijos del Sol reunieron en aquel lugar a los hombres que se hallaban dispersos en la comarca, y comenzaron a enseñarles las cosas buenas que les había dicho su padre; y hablaron de la riqueza y la pobreza, de la paz y la guerra, de la injusticia y la injusticia, y de la bondad y la maldad. Allí fundaron una hermosa ciudad, con templos en los que se veneraba al dios Sol, con plazas, mercados y casas dispuestas en hileras, con huertos y prados.
Antes de despedirse de su pueblo, los Hijos del Sol ordenaron a los hombres que escogieran entre ellos al más honrado y sabio, y que lo coronaran rey. Así lo hicieron, y nombraron a Manco Cárpac príncipe de todos. Y éste fue el primer Inca.
El imperio de los Incas, protegido y amado del dios Sol, se extendió pronto más allá de las montañas y los ríos. Los hombres erigían templos y fundaban ciudades; construían carreteras y agrupaban grandes rebaños; conquistaban otros pueblos y las riquezas aumentaban de día en día. De este modo, los Incas llegaron a ser el pueblo más grande y poderoso de la Tierra, y otras gentes, salvajes e incultas, admiraban la destreza y sabiduría de estos hombres.
Cuando el Inca Cárpac supo que había llegado la hora de su muerte, reunió a su pueblo en la plaza de Cuzco y les ordenó que guardaran las enseñanzas de los Hijos del Sol, que mantuvieran en pie los templos y las ciudades, que preservaran la paz con otros pueblos y que observaran en todo los preceptos de la religión. Y los incas así lo hicieron, conservando para siempre la memoria de su primer rey.
Todo esto sucedió mucho tiempo antes de que los hombres con cabeza de hierro y cuerpo de caballo llegaran para destruirlo todo y asolarlo todo.

Fuente: Jose Calles Vales

0.081.3 anonimo (sudamerica) - 018

No hay comentarios:

Publicar un comentario