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viernes, 7 de septiembre de 2012

El último mencey

Murió Pelinor, mencey [1] de Adeje, y el joven Tuguaico fue proclamado soberano. Con él brotó de nuevo la rebeldía. Pelinor, como los otros menceyes guanches, había hecho tributo de vasallaje a los Reyes Católicos ante Alonso Fernández de Lugo en el valle de Taoro. Condujeron luego a los antiguos señores de Tenerife a España, los mostraron a los reyes, los bautizaron y, nuevamente, fueron devueltos a la isla. La Conquista se había consumado.
Pero cuando Pelinor murió, con Tuguaico renació la resistencia al invasor. Y así, Fernández de Lugo, preocupado por la insumisión del nuevo mencey de Adeje, envió como emisarios a los menceyes conversos. No vestían ya tamarcos ni calzaban huimas, tampoco la añepa les precedía en su marcha. Eran ahora europeas sus vestimentas y sus costumbres. Al fin llegaron donde Tuguaico y celebraron la entrevista.
Cuando conoció la embajada con que venían, la ira se agolpó en las palabras de Tuguaico:
-Si no fuera porque amistosamente estáis en mis dominios ya os hubiera dado la respuesta que merecéis. En Adeje despreciamos la esclavitud. Volved con vuestro señor cristiano y contadle que no me someteré, pues bien sé cómo viola su juramento de paz y apresa guanches para venderlos como esclavos.
Adxoña, el que fuera mencey de Abona, le dijo:
-No has respetado la promesa que hizo Pelinor en el valle de Taoro.
Respondió Tuguaico:
-¿No sabes que en Adeje todos piensan como yo?
Intervino Añaterve, el antiguo mencey de Güímar:
-Cierto, mas desde que eres soberano de estas tierras aún no has celebrado ningún Tagóror [2].
Y Acaimo, otrora mencey de Tacoronte, añadió:
-Si eres fiel al legado de nuestros antepasados, convoca a Tagóror, que la asamblea escuche nuestras razones y decida luego.
No dudó Tuguaico. Cogió una caracola que había en su gruta, salió al exterior y la hizo resonar propagándose su sonido por entre valles y quebradas, apriscos y barrancos. Pronto los sones de otras caracolas retumbaron para sumarse a la del mencey de Adeje. Entonces dijo:
-Hoy habrá Tagóror.
Poco a poco, como sombras despojadas de sus cuerpos, fueron llegando los ancianos más notables, los nobles y los guerreros al círculo de piedra donde había de celebrarse la asamblea. Tuguaico expuso los motivos de haberlos convocado.
Fue Romén, antes Mencey de Daute, quien habló melancólicamente:
-Yo me sometí para ahorrar sufrimiento a los míos. Es inútil oponer resistencia a un ejército cuya superioridad es de todos conocida. Nada puede detener el triunfo de los cristianos. Si no aceptáis la capitulación, otra vez el horror de la guerra asolará vuestros campos y rebaños y a vuestros hijos y mujeres. Sólo con la rendición se podrá evitar el exterminio. Importa más la luz que la oscuridad, más lo que ha de venir que lo que no nos devolverá el tiempo.
Habló Romén y un grave silencio se adueñó de todos. Pidió Tuguaico el parecer de Cirma, el de más abolengo entre los ancianos y nobles de Adeje, a quien profesaban gran veneración y respeto.
-Es cobardía despreciar la muerte cuando ya está cerca, mas no es mi muerte la que me preocupa, sino el bienestar de nuestra gente. Es verdad lo que Romén ha dicho. No podrá durar esta rebelión.
Tales fueron las palabras de Cirma, el venerable anciano.
Con la oposición de Tuguaico, el Tagóror decidió deponer las armas y rendirse definitivamente a la Corona de Castilla. Sintió entonces Tuguaico un profundo quebranto. Su causa estaba perdida. No quedaba ya ningún baluarte de libertad en la isla.
Poco a poco avanzó hacia el centro del Tagóror. De su tamarco sacó un puñal, trofeo de guerra arrebatado al enemigo. Lo esgrimió en la mano. Su voz se escuchó rotunda, sin que hubiera temor en las palabras:
-Nunca seré esclavo.
Clavó Tuguaico la daga en su propio corazón. Después cayó al suelo. La tierra acogió su sangre.

101. anonimo (canarias)


[1] La palabra guanche mencey es el nombre que en Tenerife se daba al rey de cada uno de los territorios o menceyacos de la isla.
[2] Asamblea y lugar donde se reunían los ancianos y dirigentes  guanches para tomar decisiones que afectaban a su pueblo.

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