Translate

viernes, 7 de septiembre de 2012

El pou de na patarra

Este pozo se halla situado en el enclave peculiar de Torralba d'en Salord, punto megalítico donde se encuentra también la Taula de Torralba. Actualmente la entrada del pozo permanece cegada y en su lugar, como protegiendo dicha entrada, se ha plantado una enorme higuera, como si ella pudiera vigilar que nada ni nadie de ese mundo subterráneo pase al mundo exterior y viceversa. No obstante, cabe la posibilidad de adentrarse en dicho pozo por una apertura alternativa. La bajada está compuesta por 137 escalones, aunque algunos insisten en que son 368. La formación de calizas sedimentarias y las formaciones de estalactitas hablan por sí mismas de su antigüedad. Esas formas en la oscuridad del pozo, la dificultad de la bajada por los escalones resbaladizos, el sonido del agua cayendo incesantemente y ese avance que parece no tener fin, contribuyen a que el osado visitante se sienta dentro de un mundo mágico, cargado de misterio, y mientras desciende cada vez más profundo, es inevitable que se pregunte si no estará realmente en la verdadera puerta del infierno, no sin cierto estremecimiento. Al final del trayecto, encon-tramos una pequeña pila de piedra donde se deposita el agua filtrada de las paredes. En este punto se encontró cerámica romana y sarracena. A esa agua que se almacena poco a poco en la pila, se le atribuyen poderes mágicos. Se afirma que quien bebe de ella se vuelve inmortal, así como que cualquier persona sumergida en esa agua acaba petrificado. Según leyendas menorquinas, quien entra en Na Patarra corre el riesgo de que brujas y seres sobrenaturales entren en sus sueños, y cuando eso sucede, sólo el arte de un poderoso brujo puede alejarles para siempre. Otra leyenda es que una raza de gigantes que habitaban las islas, se sentaban a comer en las famosas y misteriosas taulas (dándoles así una utilidad), y de la Taula de Torralba en concreto, cuentan que mientras comían en ella exquisitos manjares, recogían con un brazo el agua del pozo para acompañar la comida y refrescarse. Sea de la manera que sea, ese pozo siempre ha sido un lugar respetado por los menorquines y hay quien asegura que por las noches resuenan pasos procedentes de lo más profundo del pozo. Cuando uno dirige la mirada allí, sólo puede ver la silueta de esa higuera, guardiana entre lo visible y lo invisible.

092. anonimo (balear)

No hay comentarios:

Publicar un comentario