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jueves, 23 de agosto de 2012

Nguebemapún y la caza

Cuando el cazador mide sus fuerzas con el animal, todo es posible. Sí Nguenemapún, el dueño sagrado de los animales, está enojado, no habrá artimaña que valga para atrapar a la presa. Hay que ponerse de acuerdo con él. Si esto no se logra o no se le pide permiso con rezos para tornar a sus criaturas, se pone furioso y malogra toda la cacería. También aconsejan que se debe pedir la protección de una machi con los conjuros adecuados.
Solo así es posible que los cazadores tengan éxito aplicando las viejísimas técnicas de apresamiento con boleadoras, proyectiles varios, acorralamiento, ojeo o despeñamiento. De esta manera regresarán con una cantidad de piezas tal que ilumine los ojos de los que esperan. Siempre es una alegría tener buena carne para arrimar al calor del fuego y más alegría aún contar con el beneplácito de los dioses.

055. anonimo (tehuelche)

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